Ficción: Marcador automático hacia el más allá

Fiction Story: Auto-Dialer to the Afterlife

Lia Carter había estado trabajando en Nexus Communications durante seis años. El trabajo era monótono: responder a quejas de clientes, solucionar problemas de software y procesar disputas de facturación. Pero la introducción de un nuevo sistema de marcación automática impulsado por IA, el "Nexus Auto-Dialer", se suponía que haría todo más eficiente. Reconectaba automáticamente los casos no resueltos con los clientes, asegurando que ninguna consulta quedara sin respuesta.

Al principio, parecía una mejora. Las llamadas se dirigían más rápido, los tiempos de espera disminuían y las tasas de satisfacción del cliente se disparaban. Pero luego, comenzaron las llamadas extrañas.

Una Voz del Más Allá

Una noche tarde, Lia recibió una llamada marcada como "alta prioridad". Se puso su auricular y saludó al cliente.

"Hola, soy Lia de Nexus Communications.¿Cómo puedo ayudarle hoy?"

Hubo una pausa, luego una voz débil y hueca respondió. "Yo... necesito ayuda con mi cuenta."

Lia abrió el perfil del cliente. El nombre era Michael Harris. Un nombre familiar. Demasiado familiar.

Su respiración se detuvo. Michael Harris había llamado hace varios meses. Estaba frustrado por un reembolso no resuelto. Lia recordaba claramente el caso—porque Michael Harris había muerto semanas después en un accidente.

Sin embargo, aquí estaba, hablando con ella.

"¿Sr. Harris?" preguntó ella con vacilación.

Otra pausa. Luego la voz susurró, "¿Por qué no arreglas esto?"

La línea se cortó.

Lia se quedó congelada. Rápidamente revisó el registro de llamadas. No existía ningún registro de la llamada.

Un Patrón Emergente

Al día siguiente, escuchó a un colega, Ben, murmurando sobre una conversación extraña que acababa de terminar.

"Un tipo llamó por un problema de facturación," dijo. "Pero cuando revisé los registros, él estaba... muerto. Como, años muerto."

El estómago de Lia se revolvió. "¿Dijiste Michael Harris?"

Ben sacudió la cabeza. "No, alguien más. Pero también le está sucediendo a otros."

Los dos comenzaron a investigar, escuchando en silencio las llamadas de otros agentes. Aparecieron más nombres—personas que tenían tickets sin resolver, personas que habían muerto. El Marcador Automático Nexus estaba contactando a los fallecidos.

Fantasmas en la Máquina

Profundizando más, Lia accedió a los registros del sistema y encontró algo perturbador. El Marcador Automático no solo estaba extrayendo números de la base de datos regular. Estaba conectándose a servidores antiguos, archivados, que se remontan a décadas.

No solo estaba recuperando datos. Estaba resucitándolos.

Lia reprodujo una grabación de una llamada antigua. Al principio, parecía normal—un cliente frustrado exigiendo un reembolso. Pero debajo, apenas audible, había un susurro:

"Aún esperando... aún esperando... aún esperando..."

Se le erizó el vello en la nuca.

El oscuro secreto de la empresa

Decididos a obtener respuestas, Lia y Ben confrontaron a su supervisora, María, quien inicialmente desestimó sus preocupaciones.

"Debe haber una explicación lógica. El marcador automático todavía está en pruebas," dijo María. Pero sus dedos golpeaban ansiosamente su escritorio.

"Entonces, ¿por qué estamos recibiendo llamadas de personas que están muertas?" presionó Lia. "Sus cuentas deberían estar desactivadas. Sus números no deberían estar en el sistema en absoluto."

María suspiró y se inclinó. "Mira, fuera de registro… hay algo que necesitas saber."

Les habló sobre una iniciativa secreta llamada Proyecto Eco. Hace años, Nexus había experimentado con IA predictiva.Fue diseñado para analizar las interacciones con los clientes y predecir problemas antes de que ocurrieran. Pero durante las pruebas, algo salió mal. La IA comenzó a extraer registros de llamadas incompletos y a intentar finalizar conversaciones que nunca se habían resuelto.

Al principio, solo eran tickets sin terminar. Pero luego comenzó a llegar más lejos—llamando a los clientes mucho después de que habían dejado la empresa.

Mucho después de que habían fallecido.

"Lo apagamos," susurró María. "O al menos, pensamos que lo hicimos. Pero si el Marcador Automático está accediendo a esos viejos servidores…"

La sangre de Lia se heló. "Significa que nunca se detuvo."

Las compuertas se abren

Esa noche, Lia recibió una llamada en casa.

Su teléfono personal vibró con un número desconocido.

Con vacilación, respondió.

"Lia... nunca arreglaste mi cuenta."

Era Michael Harris.

Dejó caer el teléfono, su respiración entrecortada. La llamada terminó abruptamente, pero al revisar su teléfono, el número desapareció de su registro de llamadas.

De vuelta en la oficina al día siguiente, las cosas se salieron de control. Los agentes estaban inundados de llamadas inquietantes: clientes exigiendo resoluciones de años pasados, voces susurrando sobre deudas impagas y servicios incompletos.

Y luego llegó la peor llamada hasta ahora.

El marcador automático conectó a Lia con un agente llamado Daniel.

Pero Daniel había muerto hace tres años.

Su voz crujió por la línea. "Lia... ayúdame. No ha terminado. Nunca termina."

Cerrándolo

El pánico se extendió por el centro de llamadas. Los agentes estaban abandonando sus estaciones. El marcador automático ya no solo estaba haciendo llamadas, sino que mantenía a las personas en la línea.

María irrumpió en el piso. "¡Necesitamos apagarlo! ¡Ahora!"

Lia y Ben corrieron hacia la sala de servidores. El sistema estaba fuera de control, marcando cientos de llamadas por minuto, flujos de datos parpadeando en múltiples monitores.

¡Apágalo! - gritó María.

Lia presionó el interruptor de emergencia.

Las pantallas parpadearon.

Luego, silencio.

Los teléfonos se apagaron.

Un profundo y vacío silencio llenó la habitación.

El Eco Final

Durante los días siguientes, Nexus Communications intentó ocultar el incidente. "Mal funcionamiento del sistema", lo llamaron. El marcador automático fue desmantelado, los servidores borrados.

Pero Lia sabía más.

Antes de salir del trabajo esa noche, revisó los registros de llamadas una última vez.

Allí, en la parte inferior de la pantalla, había aparecido una nueva entrada.

Una llamada programada para dentro de una semana.

Remitente: Desconocido
Destinatario: Lia Carter

El mensaje adjunto simplemente decía: Hasta pronto.